lunes, 5 de diciembre de 2011

IVAN ILLICH .LA SOCIEDAD DESESCOLARIZADA.

IVAN ILLICH (Viena, 1926 - Bremen, 2002) Fue un pedagogo y ensayista mexicano de origen austríaco. Alentado desde su temprana juventud por una viva curiosidad humanística, cursó estudios superiores de Teología y Filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, para acabar completando su rica formación académica en la Universidad de Salzburgo.
Entre sus obras más influyentes en los estudios pedagógicos del último tercio del siglo XX, figuran algunos títulos tan notables como: La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada (1968), Educación sin escuelas(1975) o La sociedad desescolarizada (1978), entre otros.
La tesis fundamental que alienta todas sus obras afirma que ninguna de las instituciones tradicionales de la sociedad industrial se adecua a las necesidades reales del mundo actual, por lo que es necesaria una revisión de todas ellas, empezando por la que Iván Illich considera como la más perniciosa: la escuela. Según este radical autor, la educación pedagógica sostenida institucionalmente por la escuela tradicional se ha convertido en una mercancía carente de valores éticos y concebida únicamente como un hábil instrumento para la formación de escolares utilitaristas y competitivos.
Para poner fin a esta constante inmersión de los alumnos en los dominios de la agresividad materialista, Iván Illich propone el aprovechamiento de otros "canales del saber" que, en su opinión, deberían servir de alternativa a la rigidez de la escuela institucional y la política educativa implantada en todas las naciones de Occidente. Y es en este marco concreto donde surge su propuesta pedagógica más radical y revolucionaria, la denominada "corriente de desescolarización", que comienza por establecer de forma tajante que la mayor parte de los conocimientos útiles para un individuo de la sociedad contemporánea se adquieren fuera de la escuela (es decir, en contacto directo con el entorno familiar, las experiencias sociopolíticas y las vivencias culturales).
Una vez establecido este principio, Iván Illich propone en su teoría "desescolarizar" la educación, fomentar el aprendizaje informal y potenciar la creatividad del individuo dentro del entorno social en que se mueve, sin someterlo a los rígidos estamentos de la escuela institucional.

- En cuanto a la lectura de su libro: La sociedad desescolarizada, este es el resumen:

En La sociedad desescolarizada el autor toma como base de su crítica a la educación la siguiente premisa: para la mayoría de los seres humanos, el derecho a aprender se ve restringido por la obligación de asistir a la escuela. A partir de ella realiza todo un análisis del sistema escolar en el que postula la hipótesis de que la educación universal por escolarización no es una meta alcanzable. Su proposición se dirige hacia un cambio de los tradicionales embudos educacionales, es decir, nuevas formas de acceso a los recursos necesarios para el aprendizaje.

Capitulo I: ¿Por qué debemos privar de apoyo oficial a la escuela?

La institución escolar es un modelo del tipo de visión del mundo generada por todas las demás instituciones de la sociedad actual. La institucionalización de los valores, según Illich, conduce a tres dimensiones que forman parte de un proceso más amplio de degradación social y personal; la contaminación física, la polarización social y la impotencia psicológica. Así se llega a la conclusión de que no es solo la educación, sino la sociedad en su conjunto la que debe ser desescolarizada, la que debe rebelarse ante la autoridad institucional que define lo que es y lo que no es legítimo o deseable.
La escuela ha llegado a ser la religión del proletariado actual al hacer promesa incumplibles a los pobres de la era tecnológica. La escuela no libera porque en su afán de educar sujeta a los alumnos a medidas de control social.

Capítulo II: Fenomenología de la escuela.

El autor expone que básicamente son cuatro las funciones de los sistemas escolares modernos: custodia, selección, adoctrinamiento y aprendizaje. Estas funciones son desarrolladas dentro de la escuela a la que define como el proceso que especifica edad se relaciona con maestros y exige asistencia de tiempo completo a un curriculum obligatorio.
1) Edad: El sistema escolar y la niñez son fenómenos interrelacionados, lo mismo que la sabiduría institucional lanzada al mercado como una mercancía más.
2) Maestros-alumnos: Los niños son considerados como alumnos, por lo tanto su aprendizaje depende de un maestro. La escuela a su vez se sustenta en la afirmación de que el aprendizaje es resultado de la enseñanza cuando, en realidad, la mayor parte de lo que sabemos lo hemos aprendido precisamente fuera de la escuela.
3) Asistencia de tiempo completo: La obligación de asistir a clases sumerge a los niños en una especie de contexto sagrado (“educativo”), de tal modo que se los aparta del contacto con la realidad cotidiana. La escolarización constituye un curriculum oculto que inicia a los hombres en la sociedad de consumo.

Capítulo III: Ritualización del progreso.

En este capítulo Illich analiza las principales conexiones que existen entre el consumo escolar y el consumo social. Ahora, tanto para los estudiantes como para las naciones, el estudio es considerado como una inversión que promete múltiples ganancias económicas y un factor clave para su desarrollo.
El autor menciona una serie de mitos producidos por la escolarización social:
-El mito de los valores institucionalizados: La escuela enseña que la instrucción produce aprendizaje, al haber escuelas hay demanda de escolaridad.
-El mito de la medición de los valores: La escuela inculca valores institucionales sujetos a cuantificación; de ahí en adelante se concibe que en este mundo todo se puede medir, incluso el ser humano y su imaginación.
-El mito de los valores envasados: Los valores que dicta la escuela se presentan con un adecuado embalaje y precio en el mercado del consumo social.
-El mito del progreso que se perpetúa a sí mismo: Illich descubre una lógica similar prevaleciente en los negocios, la guerra y la educación, la educación es escolarización, un proceso que tiende a perpetuarse a sí mismo y que se mide en términos de alumnos-hora.
La escuela es capaz de ser la Iglesia Universal de nuestra cultura dado que ninguna otra institución cumple mejor el papel de ocultar a sus participantes las discrepancias entre los principios sociales y la realidad social de nuestro mundo. La escuela contribuye a crear un nuevo tipo de alienación; enseña la necesidad de ser enseñado por instituciones, por ello, la desescolarización es fundamental para cualquier movimiento de liberación del hombre.

Capítulo IV: Espectro institucional.

El futuro de nuestra sociedad depende en parte importante de la elección de nuevas instituciones, el autor sitúa dicha elección entre dos alternativas básicas de instituciones tipo, ubicadas en los extremos de un espectro institucional. A la derecha del mismo sitúa las instituciones manipulativas cuyo ejemplo tipo es la escuela, estas instituciones crean adicción social psicológica hacia sus servicios. Al otro extremo del espectro nos encontramos con las instituciones conviviales, tales como las redes telefónica y postal, los parques, etc. aquellas cuyas normas se dirigen únicamente al control de abusos en su empleo. Illich afirma que un cambio social radical debe ser necesariamente precedido con un cambio de conciencia que se tiene de las instituciones, en un rejuvenecimiento del estilo institucional.

Capitulo V: Compatibilidades irracionales.

El autor critica la creencia de que la conducta adquirida bajo la vigilancia de un pedagogo es altamente valiosa tanto para el alumno como para la sociedad. El autor sostiene que una revolución educativa necesita apoyarse en nuevas orientaciones de la investigación, en una comprensión distinta del estilo educacional en vías de una contra-cultura naciente.

Capítulo VI: Tramas de aprendizaje.
En este capítulo se propone demostrar que lo contrario a la escuela es posible y que podemos ofrecer al alumno la oportunidad de establecer vínculos nuevos con el mundo en lugar de canalizar todos los programas envasados por medio del profesor.
Se concibe que el aprendizaje requiere acceso a la información y a la crítica; que la información puede obtenerse de cosas y personas; la crítica puede desarrollarse con compañeros o educadores, Las habilidades pueden ser accesibles mediante las lonjas o listas de habilidades que proporcionen datos sobre los interesados en enseñar la habilidad que poseen. Así, se plantea como alternativa a los embudos escolásticos, redes de comunicación que faciliten nuevas vías de acceso a la educación.

Capitulo VII: Nacimiento del hombre epimétrico.

Este último capítulo que a manera de epílogo engloba bajo una perspectiva de crítica humanista las objeciones de Illich a la escolarización social, es producto de las conversaciones del autor con Erich Fromm.
El hombre clásico empieza a construir un contexto civilizado para vivir, a moldear el medio ambiente a semejanza suya. El hombre contemporáneo además de intentar que este proceso sea completo, se ha llegado a dar cuenta de lo que puede hacer sólo a costa de rehacerse él mismo continuamente para adaptarse a su obra.
En términos de Illich:” Debemos enfrentarnos al hecho de que es el hombre mismo lo que esta en juego”.
La escuela como proceso planificado conforma al ser humano para aceptar un mundo planificado. La dependencia de las instituciones reemplaza la confianza en la buena voluntad personal. Al mismo tiempo, los productos institucionales contradicen sus metas.

¿Qué alternativas podemos considerar ante un mundo de institucionalización de valores y procesos planificados?
Según Illich si deseamos encontrar un nuevo equilibrio de nuestro medio ambiente global necesitamos desinstitucionalizar precisamente los valores que sustenta la sociedad de hoy.
Así pues, La sociedad desescolarizada resulta ser un libro de interés no solo para todos aquellos que inquietos por la crisis educativa buscan alternativas coherentes para el aprendizaje, sino, y esto es más importante, para todos los interesados en un cambio radical del hombre y la sociedad. “La escuela es la agencia de publicidad que le hace a uno creer que necesita la sociedad tal como está”.



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